Antecedentes

 

Unos años después de la fundación de la Escuela Nacional de Altos Estudios, en 1916, al contar con la colaboración de los maestros del Museo Nacional recién incorporados a la Escuela, se estableció un Plan General de Estudios de Maestría y Doctorado. Salvo un breve paréntesis entre 1929 y 1931, en las décadas que siguieron y hasta 1959, sólo se otorgaron los grados de maestría y doctorado. En ese último año se estableció la Licenciatura en Historia.

A partir de 1931, se deslindó el contenido de cada uno de los niveles de maestría y doctorado: se estipuló que para el doctorado, además de los cursos de maestría, se debían cursar seis semestres de diversas materias. En 1939, al separarse la Historia y la Geografía, que pasó a la Facultad de Ciencias, se establecieron dos áreas de conocimiento: Historia Universal e Historia de México. Cada una contó con dos especialidades: la primera se dividió en Historia antigua y medieval, e Historia moderna y contemporánea; la segunda, por su parte, contó con la especialidad en Conquista, Virreinal y Guerra de Independencia, y con la de Historia moderna y contemporánea. En los años que siguieron, se abrió un tercer campo de especialización: Historia de las Artes Plásticas, que con el tiempo se transformó en un nuevo posgrado, el de Historia del Arte.

A partir de 1939, para el doctorado se estableció como requisito cubrir cuatro cursos monográficos que se le asignarían al alumno de acuerdo con su perfil académico. Conforme pasaron los años, el número de cursos aumentó, primero a seis y, en 1956 a doce materias. Además, los doctorandos debían “formarse como investigadores especializados en una determinada rama del saber.”

En 1959, el doctor Francisco Larroyo promovió la revisión del Capítulo de Títulos y Grados del Reglamento Interno de la Facultad, con lo cual se separaron los tres niveles de estudio: licenciatura, maestría y doctorado.

En 1967 el Consejo Universitario aprobó un Reglamento General de Estudios Superiores, el cual se concretó en la Facultad en 1972, cuando dicho Consejo aprobó un nuevo Plan de Posgrados de la Facultad, conformado por una estructura similar: cuatro cursos monográficos, tres seminarios monográficos y dos seminarios de investigación y tesis. En Historia se establecieron dos especializaciones: Historia de México e Historia del Arte.

En 1986 se aprobó un Nuevo Reglamento General de Estudios de Posgrado con el cual se estableció el sistema tutoral de doctorado. Dicho reglamento fincaba el otorgamiento del grado en la elaboración y presentación de una investigación original supervisada por un comité tutor.

En la década siguiente, en 1996, se aprobó un Nuevo Reglamento que dio vida al actual Programa de Maestría y Doctorado en Historia de la UNAM, con la integración de dos entidades participantes, la Facultad de Filosofía y Letras y el Instituto de Investigaciones Históricas. Este reglamento estableció un Comité Académico que, de acuerdo con la legislación, es el cuerpo colegiado responsable de conducir la vida académica del posgrado.

En cuanto a la estructura de los estudios, ese nuevo Reglamento eliminó la estructura mixta de cursos y seminarios monográficos y de tesis; en su lugar los seminarios se integraron en cuatro campos de conocimiento, uno de Teoría de la Historia e Historiografía y tres de México, los cuales serían cubiertos de acuerdo con los intereses académicos de los alumnos.

Con la aprobación del nuevo Reglamento General de Estudios de Posgrado en septiembre de 2006 se planteó la necesidad de adecuar y modificar los planes de estudios que integra el Programa. Para el caso de la maestría, las actividades académicas dejarán de estar centradas en la Historia de México, para orientarse hacia un enfoque mundial de la Historia, a partir de nuestra perspectiva.

Aunque se han incorporado nuevas regiones y temáticas, el Programa sigue concediendo un mayor peso a la Historia de México. Esto puede constatarse en la temática de los seminarios impartidos y en los temas de investigación desarrollados por los alumnos. Los historiadores formados en nuestro posgrado seguirán generando conocimientos que permitan conocer con mayor profundidad la historia de México. No obstante, al estudiar temas de Historia Universal serán capaces de tener una percepción más amplia del devenir nacional.

Es conveniente destacar que nuestro posgrado es y seguirá siendo líder mundial en el conocimiento y estudio de la Historia de México, sitio que debe conservarse y para lo cual contamos con los mejores investigadores y profesores que lo garantizan. El actual Programa continúa la tendencia general de los estudios de posgrado dirigidos hacia el desarrollo de habilidades para la investigación que permitan reforzar el desempeño profesional en docencia y difusión.